domingo, 27 de marzo de 2016

LICEO JOAQUIN GUTIERREZ MANGEL


Departamento de Cívica

Proyecto 1 trimestre 2016

Profesora Stephanie Chacón


Integrantes

Brandon Mora
David Brenes
Josué Salazar

Tema: tradiciones costarricenses

Grupo# 4

Desamparados

















Objetivo general:
                                 1: Enseñar sobre las tradiciones de nuestro país

Objetivos Específicos:
                                    1: Hacer que los estudiantes reflexionen para que las costumbres no se pierdan
                                     2: Hacer entender las tradiciones a las personas






Introducción: Tradiciones Costarricenses son aquellas acciones que nuestros antepasados crearon y la sociedad de ahora las repite por respeto a ellos y a nuestro país lo identifica por esas tradiciones creadas, No hay que olvidar esas tradiciones ya que identifican muchas cosas de nuestro país y que hay que seguir enseñando a las generaciones en un futuro para no olvidar nuestras raíces y nuestras costumbres que los ancestros nos dejaron




Las tradiciones costarricenses son tan variadas como el paisaje mismo del territorio. Cada provincia, cada comunidad tiene las suyas, pero hay unas que son de todos y en las que cada costarricense se ve reflejado pues representa su pasado, su día a día, su manera de ser.
Descubra las tradiciones de los ticos que están llenas de entusiasmo, colorido y simpatía.        








DESARROLLO

En este desarrollo vamos a mostrar las tradiciones costarricenses y sus historias:



Tradición del boyeo y la carreta típica
Desfile de boyeros en San Isidro de Heredia.
Tradición del boyeo y la carreta típica costarricense
La fabricación de carretas de bueyes pintadas de forma característica es una de las tradiciones culturales más famosas de Costa Rica tanto a nivel nacional como internacional. La carreta fue el medio de transporte por excelencia

Rueda de carreta típica.
El arte de la carreta pintada se caracteriza por la coloración en formas geométricas, flores, rostros y paisajes en miniatura, además de las características puntas de estrella, todo lo cual se hace a mano. Generalmente, la carreta se pinta de color anaranjado, blanco o rojo, y encima se le pintan los diseños característicos, que en el pasado también se utilizaban para identificar la comunidad o lugar de procedencia del boyero. La elaboración de estas carretas es especialmente conservada en el distrito de Sarchí, en el cantón de Valverde Vega, aunque las celebraciones a los boyeros (el que cuida y guía los bueyes que jalan las carretas) se realizan en diversos cantones a lo largo y ancho del país, como Escazú, donde se celebra el Día Nacional del Boyero, los segundos domingos del mes de marzo en el distrito de San Antonio de Escazú, donde se realiza un colorido desfile de carretas que recorre las calles principales del cantón.
La tradición del boyeo y la carreta típica costarricense es Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco desde el 24 de noviembre de 2005. Además, la carreta es uno de los símbolos patrios de Costa Rica, pues simboliza la cultura de la paz y el trabajo del costarricense, la humildad, la paciencia, el sacrificio, y la constancia en el afán por alcanzar los objetivos trazados del pueblo costarricense.


Trajes típicos
La enagua de vuelos amplios es parte de la indumentaria del traje típico.
Los trajes típicos representan uno de los elementos más importantes del patrimonio histórico y cultural de Costa Rica. Cada región y provincia del país tiene su propio traje de gala o de trabajo, con folclor e historia detrás. Aunque el traje es de tipo tradicional, ha ido sufriendo cambios tanto en las áreas rurales como urbanas, debido a factores históricos. En la actualidad, los trajes típicos son parte fundamental de las actividades cívicas y folclóricas de cada pueblo del país. Se utilizan en actos conmemorativos, fiestas patrias y actos culturales.
En el traje típico tradicional, predominan los colores patrios dedicados a la bandera nacional, que son utilizados principalmente en las actividades cívicas como las celebraciones de la Independencia, la Anexión del Partido de Nicoya o el 11 de abril. También existen trajes dedicados a las leyendas costarricenses, a la flor nacional, a tradiciones locales, a música y danzas de cada pueblo, fiestas populares y otras.
El traje típico de Costa Rica se ha ido generalizando, de tal manera que los cambios se dan en la combinación de colores que se utilizan, con predominio de los colores vivos. La mujer generalmente utiliza una blusa blanca con vuelos, de color blanco, con ribetes de diferentes combinaciones de colores. Característica es la falda de vuelos amplios, larga hasta el tobillo, de elástico en la cintura y vivos colores, cuyo diseño recuerda a la rueda de carreta típica pintada. Durante los bailes folclóricos, las mujeres agitan esta falda dándole mucho colorido a la interpretación de la pieza. Se utilizan sandalias de cuero en los pies, aretes y se adornan la cabeza con trenzas, moños y flores, preferiblemente la guaria morada, flor nacional. En ocasiones cargan canastas llenas de flores o portan un delantal que hace juego con la blusa.
El hombre lleva sombrero de ala pequeña. Dependiendo del personaje que representa, el sombrero puede ser de tela blanca, cuando representa al campesino, o bien, un sombrero de paja cuando se representa una persona de más recursos, como el gamonal. Mientras en la mujer destaca la falda, el elemento indispensable del hombre es el pañuelo, que puede ser rojo o azul, con decorados de figuras semejantes a los que se observan en las carretas típicas pintadas. El pañuelo puede ir anudado al cuello o en las manos, o atado a la cintura. La camisa es blanca o de color claro, con pantalón largo. Un fajón de tela hace de cinturón. El caite constituye el calzado. Pueden cargar alforjas o machete.
El primer traje típico costarricense que se conoce históricamente es el indígena, que empezó a ser utilizado en el país luego del descubrimiento y la conquista. Entre los trajes indígenas que sobreviven hasta la actualidad, el que usa la mujer de la etnia ngöbe, de la zona sur del país, es uno de los más conocidos, tejido de pequeños cuadros de tela de muchos colores.
Otro traje típico distintivo es el que corresponde a la provincia de Limón, que revela influencia afroantillana y británica y difiere del traje tradicional del Valle Central y Guanacaste. Era especialmente utilizado en los bailes de cuadrilla, incluyendo elementos como guantes blancos, chaleco, camisa de algodón y zapatos de charol en el hombre, y la enagua de colores estampados o el turbante africano en la mujer.



Música folclórica
La marimba ha sido declarada instrumento nacional de Costa Rica.
La música costarricense, como es el caso de la mayoría de las manifestaciones culturales del país, es una mezcla de ritmos que llegaron de muchas partes. Dada la conformación etnológica de Costa Rica, una serie de ritmos han confluido y se han ido fusionando para dar origen a nuevas expresiones musicales, de carácter autóctono. Se reconocen en ella influencias españolas, antillanas e indígenas, y con el tiempo ha recibido también influencias de otras regiones de América Latina. La música folclórica costarricense se produce en cuatro zonas específicas del país: Guanacaste, Valle Central, Limón y Puntarenas. Sin embargo, cabe mencionar que cada provincia es autónoma por lo que cuenta con su propia idiosincrasia, además la música amerindia está presente en las diversas zonas y complementa la cultura nacional. Entre los instrumentos coloniales destaca la marimba, que fue declarada instrumento nacional de Costa Rica el 3 de septiembre de 1996 .Otros instrumentos son el quijongo, las ocarinas, el bajo de cajón, el sabak, las flautas de caña, el acordeón, las chirimías, los tambores, el güiro, la mandolina y la guitarra.
La música guanacasteca es el tipo de música folclórica más representativa de Costa Rica, cuenta con influencia española, nicaragüense, yucateca, cubana, panameña y colombiana, y se manifiesta en la forma de puntos, batambas, arranca terrones, floreos, tambitos, garabitos, parranderas, barranquitas y vals entre otros. El punto guanacasteco es considerado el baile típico nacional. No tiene letra, sino que es característico que se acompañe el baile y la música con la entonación de bombas, que son coplas cortas y alegres en forma de cuartetos, en las cuales los hombres y las mujeres se lanzan frases ingeniosas con fondo romántico o picaresco. Las canciones tratan acerca de las costumbres típicas de los pueblos, las familias campesinas y los quehaceres de la vida diaria, así como de las aventuras del sabanero, peón a caballo que cuida del ganado, describiéndolo como un personaje alegre, romántico, serenatero, bailador, montador de toros y domador de caballos. Canciones populares son El torito, Pasión, Amor de temporada, Pampa, Caballito nicoyano y otras.
La música y canciones folclóricas han sido conservadas en el país de la mano de folcloristas como María Mayela Padilla.
La música del Valle Central tiene formas musicales e instrumentos de influencia europea, como el acordeón, la trompeta, el bajo, el saxofón y los timbales. Entre los ritmos más antiguos resaltan el vals costarricense, la jota, la mazurca y la polka, introducidos por los españoles durante la colonia y que era representativo de las clases altas de Cartago y San José. Patriótica costarricense, considerada el segundo himno nacional de Costa Rica, es un ejemplo de vals costarricense. También destacan el floreo, el tambito, y las batambas, entre las que destaca el estilo "jorqueño, donde las canciones se caracterizan porque cada estrofa es más larga que la frase musical, por lo que la letra "no calza bien" con la música, y el cantor debe "echar una carrera" en ciertas partes para no perder el compás, diciendo la letra en forma "atropellada", lo que le da un matiz característico. Ejemplo de este estilo es la canción Maicerita mía, de Lorenzo Lencho Salazar. Otros géneros importantes son el tambito, el pasillo y los corridos. También existe otro género llamado aire nacional, más acompasado y similar al vals, en la que destacan las canciones Caña dulce y Guaria morada, ambas consideradas himnos musicales del país. Otras piezas musicales importantes son El tambito josefino, La botijuela, La tinaca, Café de Costa Rica, etc.
Las comparsas son parte esencial de los Carnavales de Puntarenas.
La música costeña puntarenense tiene sus orígenes en la mezcla de ritmos criollos como el tambito generaleño y la cumbia colombiana. Puntarenas, puerto y ciudad costera, recibió durante la Colonia influencia tanto del Virreinato de Nueva España como el Virreinato de Nueva Granada. Entre los ritmos, el más distintivo es la campera, ritmo alegre que se toca con guitarra. La provincia se caracteriza por la celebración de las tonadas, canciones inspiradas en las "fiestas de los novios", las "velas de los angelitos", el Carnaval de Puntarenas, o las leyendas propias de la región. Otros ritmos de Puntarenas son el pasillo, las comparsas, las parranderas y el bolero costarricense, cuyo mejor exponente es el himno de la provincia, Recordando mi puerto, de Orlando Zeledón y una de cuyas versiones más famosas han sido interpretada por el cantante puntarenense Gilberto Hernández. Representantes de la música puntarenense son Octaviano Solano (Tardes esparzanas), Carlos Luis Soto (El pescador artesanal, Paisajes puntarenenses, Te conocí en Puntarenas), Alexander Flores (Mi Puntarenas, Si me voy pa'l puerto), Freddy Camacho Luna (Canto a mi Puntarenas), Luis Jiménez (Boca del río Barranca), Everardo Saborío (Atardecer porteño) y otros.

El calypso limonense es patrimonio cultural de Costa Rica.
La música afrocaribeña limonense tiene dos influencias: la española y la afroantillana. El ritmo más importante es el calipso limonense, introducido en 1872 en el país de la mano de inmigrantes jamaiquinos, por lo que tiene influencias del mentó jamaiquino y el calipso trinitario, pero que a su vez ha desarrollado un estilo propio. De los ritmos costarricenses, es el más rítmico y actualmente es considerado patrimonio nacional. Utiliza instrumentos como el quijongo, el bajo de cajón, el ukulele, el sheky-sheky, las maracas, la guitarra, tambores, bongoes, tumbas y cencerro. Los autores de los calipsos suelen improvisarlos, abordando temas que relatan las situaciones económicas y culturales que acontecen. Generalmente, los cantan en inglés o en mekatelyu, aunque en ocasiones introduciendo frases en español, lo que le da un aire característico. Entre los principales calipsonians se encuentran Walter "Gavitt" Ferguson (Cabin in da Watta, Callaloo, Carnaval Day, Carolyne, Tacuma and Anancy, Landlady, Black man food), Cyril Sylvan (Stop doing what you doing, La canción de la langosta, Skelintan, Fire in the land, Zancudo con dengue), Manuel Monestel y el grupo Cantoamérica (Still burning around, Merry woman, One pant man), Herberth "Lenky" Glinton ( Mama come and take me home, Nowhere like Limón, este considerado himno de la provincia de Limón), Robert "Buda" Kirlew, Reynaldo "Shanty" Kenton, etc. Otros ritmos son el baile de cuadrilla, traído por los inmigrantes jamaiquinos, y que tiene influencias afroantillanas y británicas; el sinkit, más carnavalesco, las comparsas, de origen africano y llegadas a Limón en 1949; el son, melodioso y cadencioso; y la presencia del canto religioso tipo góspel, surgido de las iglesias bautistas de la provincia limonense.
La música amerindia era ante todo de carácter utilitario, es decir, que cumplía una función determinada, en su caso especialmente religiosa: se le utilizaba ante todo para acompañar los ceremoniales y las danzas dedicadas a tal o cual deidad, por ejemplo, «Sibö», máximo dios bribri, o «Cha Cónhe» para los maléku. Incluso la música para bailar, propia de festejos y celebraciones, se incluye en esa categoría porque dichas festividades por lo general estaban asociadas al culto religioso. Si bien no habían, por lo que se sabe, músicos "profesionales" (en el sentido de que su única ocupación fuera la música), sí había el oficio o gremio (en el sentido de un grupo selecto y formado especialmente para ello) de músico, en el cual había aprendices, maestros, y uno o dos músicos principales. La enseñanza era individual, con un maestro a cargo de un aprendiz, al cual le enseñaba básicamente el dominio de su instrumento y las melodías que habría de utilizar en las ceremonias. Se tiene mejor suerte con respecto a sus instrumentos, aunque aquí hay que decir que se conserva memoria histórica sobre todo de aquellos que por su propia constitución y materiales han conseguido sobrevivir a la carcoma del tiempo.



Tradiciones, costumbres, fiestas, bailes

Corrida de toros "a la tica" en las Fiestas de Zapote.
Entre las tradiciones costarricenses, se destacan festividades que combinan la influencia indígena con la española, festividades cívicas y festividades populares. Existen algunas celebraciones que reflejan la herencia indígena, siendo una de las más importantes el juego de los diablitos de Boruca en Rey Curré, que se celebra los fines de año en el cantón de Buenos Aires de Puntarenas. Algunas fiestas religiosas reflejan sincretismos entre las creencias indígenas y la tradición católica, como por ejemplo la Danza de la Yegüita en Nicoya, que se celebra en honor a la Virgen de Guadalupe y está basada en una leyenda local, o el baile de los indios promesanos durante la celebración del Cristo Negro de Esquipulas en Santa Cruz de Guanacaste.
Entre las celebraciones de índole folclórica y popular, destacan las fiestas de Zapote el fin de año. También son populares las fiestas de Palmares. Cada pueblo tiene también sus propias festividades locales, con algún factor distintivo propio de cada comunidad (por ejemplo, la Fiesta del Tamal en Aserrí, la Chicharronada en Puriscal, la Carrera de las Mulas en Parrita, la Fiesta del Boyero en Escazú,[15] los Carnavales de Puntarenas o de Limón, etc), todas ellas contando con denominadores comunes como la presentación de la mascarada tradicional costarricense a ritmo de cimarrona, los topes y cabalgatas, los carnavales, las corridas de toros "a la tica", la monta de toros, las carreras de cintas y los turnos. Existen particularidades como las de la localidad de Ortega de Bolsón (Guanacaste), donde se celebra la lagarteada (caza de un lagarto que luego se libera) el Viernes Santo. Cada localidad tiene sus propias festividades patronales. Otras celebraciones de importancia a nivel nacional son la celebración del Día de la Madre el 15 de agosto; el desfile de los faroles el 14 de septiembre (víspera del Día de la Independencia); la decoración de carretas típicas, las pulperías de pueblo, etc.




Tradiciones religiosas
La romería a Cartago.
Costa Rica es un país con libertad religiosa, donde la religión cristiana católica, con sus celebraciones y festividades heredadas de la colonización española, sigue siendo la de mayor número de seguidores, aunque la nación ha experimentado a lo largo de los siglos XX y XXI un aumento de las denominaciones protestantes y del número de ateos y agnósticos, además de la presencia de creencias religiosas ligadas a etnias como el budismo, el judaísmo y el Islam, cada una con sus propias manifestaciones culturales.
Entre las celebraciones religiosas católicas más importantes, con impacto a nivel nacional, está la romería a Cartago para visitar a La Negrita y agradecer o pedir favores, el 2 de agosto, además de la tradicional pasada de La Negrita en el mes de septiembre. Esta creencia se basa en la aparición de la imagen de la Virgen, una pequeña escultura de una mujer con un niño en brazos esculpida en una aleación de jade, grafito y andesita, a una mujer indígena en el año de 1635, en las afueras de la Puebla de los Pardos, una aldea cerca de Cartago. En el sitio en que apareció la imagen se levantó la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles. Los fieles atribuyen a la Virgen numerosos milagros o viajan para solicitarle ayuda.
Se ha considerado el culto a la Virgen de los Ángeles como un sincretismo religioso que permitió satisfacer las necesidades espirituales de las masas campesinas mestizas, mulatas y españolas de la época, permitiendo de alguna manera una mayor integración de estos grupos sociales durante la Colonia y la posterior cohesión de estos grupos para desarrollar una idiosincrasia costarricense.
Para el pueblo que profesa la religión católica, es también importante la celebración del Cristo Negro de Esquipulas, sobre todo en el cantón de Santa Cruz y el cantón de Alajuelita, ubicado en el Valle Central. La reunión de Nochebuena el 24 de diciembre y las procesiones religiosas de Semana Santa son otras festividades con trasfondo religioso que se celebran tradicionalmente en el país.



Cuentos, leyendas y supersticiones
Leyendas de Costa Rica
Mitología talamanqueña
 Mitología guatusa

Cuentos y leyendas de brujas, aparecidos, espantos y fantasmas abundan en distintas partes de Costa Rica.
Transmitidas originalmente por la tradición oral, las leyendas costarricenses pueden clasificarse en tres grupos: leyendas de la tierra, leyendas de la religión y leyendas de la magia. Se consideran fragmentos de la cultura de antaño, generalmente son historias de origen derivadas de la cosmogonía indígena o bien, cuentos con moraleja para las cosas como se veían y juzgaban en los "tiempos de antes".
Las leyendas de la tierra son leyendas propias de alguna zona geográfica del país que narran hechos que ocurrieron en esos lugares y que influyeron para darle su estatus actual, y que se caracterizan por su fuerte influencia indígena. Dentro de ellas se citan las leyendas acerca del cerro Zurquí, del cerro Tapezco, del volcán Irazú, del volcán Turrialba, de la isla de los Negritos, del tesoro de la Isla del Coco, etc.
Las leyendas de la religión como su nombre lo indica, tienen una fuerte tradición religiosa, generalmente católica, que narra apariciones o manifestaciones de la voluntad divina en suelo costarricense, como lo pueden ser la aparición de la Virgen de los Ángeles en Cartago, los milagros del Cristo Negro de Esquipulas en Santa Cruz de Guanacaste y la aparición de la Virgen de Guadalupe en Nicoya en la forma de una yegua negra, que se celebra anualmente con la tradicional Danza de la Yegüita.
Las leyendas de la magia se encuentran dominadas por la presencia de los espantos, espectros fantasmagóricos que en general tienen una función moralizadora. Muchas de ellas surgen de la interacción de las creencias españolas con cuentos indígenas locales, propios de toda América Latina, que en Costa Rica tienen también su propia manifestación particular: la Llorona, la Cegua, el Cadejos, el Padre sin cabeza, la Carreta sin bueyes, la Tulevieja, el Viejo del monte, el Diablo Chingo, el fantasma del llano, el Cuijen (Pisuicas o Chamuko), la Bruja Zárate, las brujas de Escazú, los duendes, la Monja del Vaso, la Mona, el Micomalo, etc.
Existen supersticiones arraigadas en la cultura popular como la práctica de magia blanca y magia negra, los agüizotes, el mal de ojo, la creencia en las limpias y los curanderos, los santos seculares
Mascarada tradicional
Feria de la Mascarada en Barva de Heredia.
Mascarada tradicional costarricense
La mascarada tradicional costarricense tiene sus orígenes en la época colonial, relacionada con la tradición española de los gigantes y cabezudos, aunque incluye diversos elementos que se remiten al pasado precolombino, con influencias de comunidades indígenas autóctonas, lo que le da a su origen un carácter pluricultural y sincrético. Las máscaras, también conocidas como “mantudos” o “payasos”, son personajes elaborados de forma artesanal utilizando materias primas como madera de balsa, barro, yeso, papel y goma a base de harina y agua, las cuales una vez finalizadas se montan sobre una armazón de hierro, se les reviste de trajes coloridos (mantas, de allí el nombre “mantudo”) y se les lleva a desfilar por las calles de las comunidades durante las celebraciones cívicas o religiosas, bailando al son de música de cimarrona y persiguiendo a los asistentes.
La elaboración artesanal de los mantudos es una tradición que se mantiene muy vigente en la actualidad, especialmente en cantones como Escazú, Barva, Cartago, Aserrí, Oreamuno, Desamparados y otros, con destacados artesanos mascareros que se han distinguido a través de la historia por la calidad de sus trabajos y por la herencia de su arte de padres a hijos. A través de los años, se han creado personajes icónicos como la Giganta, el Diablo, la Muerte, la Segua, la Minifalda, las brujas, etc, que se consideran básicos en cualquier mascarada, aunque en la actualidad también se incluyen máscaras que representan personajes de la cultura popular, celebridades o políticos. Desde 1996, se celebra en el país el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense, el 31 de octubre, con la finalidad de rescatar esta antigua tradición y a la vez combatir la influencia cultural de celebraciones ajenas a la cultura nacional, como el Halloween.


CONCLUSIÓN

Llegamos a la conclusión de que las tradiciones costarricenses son las que nos identifican de los demás países del mundo tanto en los bailes, las creencias, leyendas, religión
También hay que seguir con estas costumbres para no llevarlas a perder y hacer de nuestro país un lugar más culto para los jóvenes y las próximas generaciones.
También hay que hacer las tradiciones y comprender que son para enseñar a las demás persona sobre ellas para mantener nuestras costumbres para futuras generaciones tanto la de nuestros  hijos en adelante ya que hoy en día muchas tradiciones se están perdiendo y hay que recuperarlas por eso representa nuestro país







Recomendaciones
Se recomienda siempre ir a las fiesta culturales de nuestro cantón ya que hay estaremos viendo sobre la cultura de nuestro país
Se recomienda trabajar y participar en estas fiestas para enseñar a los demás sobre las culturas y que en un futuro ellos participen también
Se recomienda llevar a los más pequeños y a los jóvenes a estas fiestas o estas tradiciones para que ellos aprendan sobre eso y que en un futuro ellos les enseñen a sus hijos para que no se pierda la cultura













Anexos














Bibliografía
Google imágenes
http://guiascostarica.info/costumbres/
https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_de_Costa_Rica

https://bienvenidoacostarica.wikispaces.com/Tradiciones